



A lo largo de los capítulos de este libro, presento la historia del reinado de los Señores Dragón y la esclavitud de los pueblos preadánicos, en relación con los legendarios mitos atlantes del mundo antediluviano. Explico cómo la creación de los cielos y la tierra como una "obra perfecta", y el hombre, inicialmente destinado a no ser vano sino habitado según Isaías 45:18, terminó siendo destruido por la rebelión de los ángeles y la guerra que inicialmente se libró en los cielos, lo que resultó en que la tierra se convirtiera en un páramo desierto y una ruina indistinguible. Examinando de manera muy exhaustiva la frase de Génesis 1:2 "y la tierra estaba desordenada y vacía", explico cómo este versículo en hebreo, eretz hayyah tohuw wa bohuw, implica que existió una tierra y una era anteriores en nuestro pasado distante antes de que la tierra fuera reformada, restablecida y restaurada en habitación. Pedro describe cómo el mundo de entonces pereció, lo cual en griego es la palabra, á¼€πÏŒλλυμι apóllymi, ap-ol'-loo- mee; que significa destruir completamente, quitar del camino completamente, abolir, poner fin a la ruina; inutilizar, matar, consagrar o entregar a la miseria eterna en el infierno, perecer, perderse, arruinarse o aniquilarse.
Esta publicación es la continuación de mi anterior publicación, "Los Preadamitas y el Mundo Antediluviano". Este, el segundo libro de esa serie, "Los Señores Dragón: Reyes Antediluvianos", continúa exponiendo lo que la Biblia considera como la primera era mundial, la era en la que los ángeles rebeldes, los serafines caídos, gobernaron como semidioses a los pueblos preadámicos. Esta era se conoce en la mitología como los tiempos anteriores, Zep Tepi, los primeros tiempos en los que los Señores Dragón asumieron forma mortal, crearon lo que en la memoria lejana se cita como la edad de oro de la Atlántida. (370 páginas)
Un relato de los ritos y misterios relacionados con el origen, surgimiento y desarrollo del culto a las serpientes en varias partes del mundo, enriquecido con interesantes tradiciones y una descripción completa de los famosos túmulos y templos de las serpientes, todo ello formando una exposición de una de las fases del culto fálico o sexual. - Anónimo, Londres, 1889,
Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. - Apocalipsis 12:9 (166 páginas)
Los eruditos discuten sobre si la palabra en sí significaba originalmente "nacido de la tierra" o no; pero sea como fuere, los gigantes que se muestran en estas páginas (recopilados tras una búsqueda más amplia que la que jamás llevó a cabo el señor Barnum para encontrar tales prodigios) son todos criaturas de la tierra, al menos en parte. Tienen los pies sobre la tierra, aunque, como Og, rey de Basán, sus cabezas se elevan lo suficiente como para beber directamente de las nubes.
Durante mis recientes viajes a China y Mongolia en apoyo de las expediciones a Asia central, me interesé intensamente por el culto a los dragones y por su mito. En la ciudad real de Pekín, en particular, aparece la apoteosis del dragón en todas las formas imaginables de simbolismo y arquitectura. Los dragones que conducen a las escaleras de los templos y palacios de los emperadores manchúes y el magnífico biombo con forma de dragón que protege el acceso a uno de los palacios reales son sólo dos de los innumerables ejemplos de la antigua creencia universal en estos animales míticos y de las creencias que aún prevalecen entre la gente común de China y del mundo. (190 páginas)